Yuck - Yuck

Copia de copias, refrito de indie rock noventero, demasiado influenciado... Que si Urusei Yatsura, que si Inquilino Comunista, bandas de esas que eran calcadas a otras que les llevaban unos años más de ventaja, con el consiguiente salto de calidad que da tener esa solera y personalidad original, claro está. Quítale unos ruidos a Sonic Youth, unas guitarras a Dinosaur Jr., unos estribillos a Yo la tengo, mete a Pavement, a Teenage Fanclub y alguna copia de estos grupos mencionados y ahí tienes a estos Yuck. Y qué hay de malo. Pues por mí nada. Hay buenas canciones, que es de lo que se trata en este humilde blog, y eso es más que suficiente. Y no solo buenas canciones, también hay melocotonazos de miedo. Hay miembros de Cajun Dance Party, pero si aquello ("The colorful life" de 2008) sonaba más (o tan) británico, producción de Bernard Butler mediante, aqui los referentes son 100% yanquis. Si le quieres poner un pero podemos decir que data de este mismo 2011 y podría haber sido firmado en el 95 perfectamente. Pero qué más dará.

Penguin Cafe Orchestra - Preludes, airs and yodels (1996)

A Penguin Cafe Orchestra le pasa un poco como a Sigur Ros, que de tanto usar sus canciones en reportajes de todo tipo, publicidad, películas y demás parece que solamente hayan hecho cuatro o cinco canciones en su vida. Tampoco conozco tanto la discografía de unos y otros, pero sí lo suficiente como para saber que no es así ni mucho menos. Lo que no alcanzo a entender es por qué no se reconoce más la influencia de este maravilloso proyecto liderado por Simon Jeffes desde los 70 hasta su fallecimiento en 1997. Porque en muchos pasajes me vienen a la cabeza bandas actuales como The Books, Balmorhea o incluso Mice Parade, por citar solo algunos a bote pronto.

Creo que fue por la cojonuda peli de Napoleon Dynamite, donde sonaba "Music For A Found Harmonium", cuando los redescubrí, o puede que por la de no menos buena película de animación "Mary and Max", así que supongo que también soy un poco víctima de lo que comentaba al principio, pero al menos a mí me ha servido para fijarme en el resto de discografía, acordándome de muchas de esas melodías que solía escuchar mi hermana cuando yo era peque.

A veces no puedo evitar sentirme atraido por grupos cuaya música es difícil de encasillar. Porque es básicamente música instrumental, y hay algo de folk, de música tradicional, de experimentación, de música clásica, de pop, celta... y lo más fácil de decir es que simplemente suena a Penguin Cafe Orchestra (me sale humo de la cabeza de lo sesuda que ha sido mi reflexión, pero es lo que hay...). Cualquiera de sus trabajos me parecen interesantes, pero supongo que para hacerse una idea lo mejor es una recopilación. Tal vez sea algo contradictorio con lo que decía antes de los anuncios y las pelis, pero es que este "Preludes, airs and yodels" es una maravilla de principio a fin. Y no, no son cuatro ni cinco canciones, aunque esas también estén, son diecinueve.

The postal service - Give up (2003)

Antes de que Ben Gibbard empezara a flaquear con unos Death cab for cutie que hoy por hoy ya no sorprenden a nadie, parió este gran trabajo junto a Jimmy Tamborello de Dntel, con Chris Walla a los mandos, y voces femeninas a cargo de Jenny Lewis (de los recientemente separados Rilo Kiley) y Jen Wood dando perfecta réplica y bonitos coros en casi todas las canciones.

Llámalo electrónica popera o indietrónica o como te dé la gana, pero lo que hay aquí son diez canciones realizadas con un gusto exquisito por dos tipos en una época que les pilló realmente inspirados. Y casi prefiero que no haya ningún trabajo más (no parece que vaya a ser así) para que quede el listón tan alto como lo dejaron en su día. De lo demás publicado, obviando los remixes porque sí, me quedo también con la estupenda versión que hicieron del tema de Flaming Lips, "Suddenly everything has changed".

Un disfrute este Give up